06 Ene Sombras EN Guadarrama
La curiosidad. La curiosidad es algo fascinante dentro de Mundo de Tinieblas. Capaz de arrastrar a sus dueños hasta la más brillante de las chispas de conocimiento. Pero lo que poca gente tiene en cuenta es que una chispa muy brillante, genera una sombra de igual magnitud.
En este caso, la curiosidad ha llevado a una vástago ingenua a tomar algo que no era suyo. Algo que pertenece a alguien muy poderoso. Pero curiosidad e ignorancia, por fortuna o desgracia, suelen ir juntos siempre de la mano. La gangrel que protagoniza este relato de curiosidad y desacierto, satisfecha de su presa y botín, se regodea contemplando su premio. En una cueva perdida de los bosques que plagan la zona noroeste de Madrid, Aurora Urquiola contempla con maliciosa curiosidad a la joven vampiro que “robó” durante la incursión de rescate tras su visita a Alcalá.
A la fría luz de un foco, los ojos verdes de la desnuda joven de cabellos rubios la contemplan desde la vacía pero brillante mirada de aquellos que tiene una estaca en el corazón y sangre en el estómago. La tortura eterna a la que son sometidos aquellos desdichados presos con el secreto de la eterna juventud corriendo por sus venas.
Aurora duda un segundo, pero solo un segundo. Se muerde con precisión la muñeca y vierte con esmero su vitae en la garganta de lo que ella cree que será su juguete.
Duda otro segundo, pero solo uno y con un movimiento rápido retira la estaca quirúrgicamente colocada en el pecho de la chica. Que gran error.
Que gran error Aurora… que gran y curioso error.
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