30 Dic EN ALGUN LUGAR ABANDONADO
En algún lugar al norte de Sierra de Guadarrama, abrigado por las sombras de un sitio de aspecto abandonado, un hombre cae tambaleándose al suelo por la falta de sangre. El susodicho tiene la mirada perdida y tembloroso el pulso, pero una fanática sonrisa dibujada en el rostro. El silencio de la sala solo queda interrumpido por una letanía constante que se ha repetido por esos páramos desde hace ya tiempo. Una mirada basta para que dos hombres acudan rápidamente y se lleven al hombre del suelo lejos de la ahora eufórica gangrel.
Noche tras noche, TJ revisa mentalmente todo lo que tiene que hacer y noche tras noche termina improvisando. Un discurso motivador esta noche, enterarse de información nueva que nutra sus planes a largo plazo, dar caza a algún pobre infeliz en una pequeña mención al lado salvaje que tiene dentro… Pero hoy no, hoy es una noche diferente. Se siente inquieta, intranquila, se siente observada por algo que escapa a su control y no le hace ninguna gracia.
Cuando trata de salir al exterior, uno de los miembros de su grupo social trata de impedírselo con convincentes argumentos pero un violento empujón y un gruñido proveniente más de su Bestia que de la propia gangrel acallan toda protesta. Termina saliendo al exterior y empieza a caminar sin rumbo bajo la atenta mirada de la luna llena, cada vez más nerviosa, ¿qué estaba ocurriendo? Se mantiene alerta, moviéndose sin rumbo fijo y de forma errática.
Tras un par de horas caminando, en mitad de ninguna parte, termina percibiendo el sutil olor de la sangre fresca, el cual tira de ella y llama su atención por mucho que luche contra ello. Se mueve rápidamente hacia allí, oculta como una cazadora en mitad de la noche y lo que encuentra dibuja una mueca en su rostro. El cuerpo de un hombre que reconoce yace en el suelo inerte con un corte en el cuello, es otro más de los miembros de su pequeño grupo social y este sujeta un en sus manos con sobre con un nombre escrito: TJ.
En el momento en el que toca el sobre, siente con todo detalle la presencia que llevaba percibiendo palidamente desde que se ha despertado. Una Bestia hambrienta y poderosa como ninguna que haya conocido hasta el momento, un monstruo nacido de una pesadilla que la vigila. Guiada por su instinto de supervivencia y con el sobre en la mano, se alejó rápida y fugaz de la escena dejando atrás todo aquello.
Ya protegida de nuevo en la oscuridad de su refugio, observa el sobre con curiosidad y miedo. Lo olisquea un poco, presta mucha atención al tacto rugoso del papel y termina abriéndolo. Lo que percibe en su interior hace que abra los ojos de par en par desvíe la mirada hacia la puerta. Frunce el ceño. Quizá ha llegado la hora de pedir explicaciones.
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